Natación

La natación es uno de los deportes más completos, y un camino para corregir varios problemas de salud. Los médicos de diferentes especialidades recomiendan la práctica de la natación para las más variadas terapias: asma, molestias musculares y articulares, hernias de disco, estrés... A los bebés les sirve como un medio de estimulación temprana. Y también se la sugiere como una ayuda para adelgazar, o por el sólo hecho de tener una buena aptitud física. La natación confiere excelentes estímulos al crecimiento y al desarrollo, y su práctica tiene muchos beneficios.

Competición

Pero la natación es también un deporte que exige mucha técnica y condición física en quien lo practica.

Sus orígenes se remontan a su uso en fisioterapia y rehabilitación, pero la natación es, hoy por hoy, una de las actividades deportivas que cuentan con una mayor tradición en el deporte paralímpico.

Las diferentes pruebas se desarrollan bajo los reglamentos de la FINA (Federación Internacional de Natación Amateur) con las variantes establecidas por las federaciones internacionales.

Existen 10 categorías de competición que van de la S1 a la S10, siendo la primera la de un grado de discapacidad mayor y la ultima la menor. Los participantes, en categoría femenina y masculina, compiten repartidos en dos grupos. Un grupo está formado por los nadadores discapacidad visual y otro por los nadadores con discapacidad física, parálisis cerebral, y otras discapacidades.

El Club Deportivo Minusválidos San Rafael se encuentra en este segundo grupo, y participa en las competiciones organizadas por las Federaciones de deportes de minusválidos físicos (http://www.fcemf.org/, http://www.fedmf.com/) y de parálisis cerebral (http://www.fecpc.org/, http://www.fedpc.com/)

Las diferencias entre la natación paralímpica y la tradicional se hallan, básicamente, en la adaptación de la normativa referente a la corrección de los estilos, las salidas y los virajes.

Según la discapacidad del participante, se permite comenzar la carrera desde el poyete o desde en interior del agua. En cuanto a los invidentes, se les permite asimismo iniciar la carrera directamente desde el agua y se les puede avisar, no verbalmente, de la proximidad del viraje o de la salida de relevo. Así mismo, a los sordos se les indicará la salida mediante un gesto con el brazo al tiempo del silbato.

Los nadadores que compiten en la clase B1(ceguera total) están obligados a llevar gafas totalmente opacas con el fin de garantizar su falta de visión.

Entrenamiento

Los entrenamientos de natación para personas con discapacidad, aunque con matices, no se diferencian en la base de aquellos que se practican en los clubes standar.

Estos entrenamientos se basan en los mismos ejercicios de condición, técnica y velocidad. La técnica es muy importante para las personas con discapacidad, ya que deben compensar, a través de ella, la posible discapacidad de su cuerpo.

También es importante la flexibilidad, sobre todo para aquellos que más sufren, lo que se acusa en la práctica de la natación, que exige hombros muy suaves.

En la actualidad, para formar parte de la natación de élite para personas con discapacidad es necesario entrenar dura e intensamente, marcándose una meta fija.

El entrenamiento en el agua puede completarse con otros en tierra, con especial acento en la fuerza, flexibilidad, practicando el stretching, y otro tipo de ejercicios.

Existen muchas formas incorrectas de movimiento y no se parece la una a la otra. Lo importante al practicar la natación es obtener una técnica perfecta en las partes funcionales del cuerpo, al mismo tiempo que buscar una mejora de la movilidad de las no funcionales.

Las personas con un alto grado de parálisis tienden a doblarse de rodillas en el agua, lo que hace que la parte inferior del cuerpo actúe de freno. Para facilitar los entrenamientos (e incluso la técnica de los mismos) se puede utilizar un flotador auxiliar que se sujeta en las piernas, o entre ellas, para que éstas emerjan hacia la superficie, facilitando así la natación. Sin embargo, no se debe abusar de este medio auxiliar, ya que el cuerpo está en otra posición y la técnica cambia según la posición en el agua. En competiciones no está permitido ningún recurso complementario. Por ello puede ser problemático si de pronto hay que cambiar de técnica.

En los casos de parálisis o amputaciones, se modifica el centro de gravedad del cuerpo. Esto significa que al nadar conviene mantener el equilibrio corporal, realizando pequeños movimientos con manos, brazos y piernas. Esto sucede sobretodo al nadar de espalda. En la mayoría de los casos, esta ayuda no es necesaria por lo que hará que trabajar para eliminarla.

Reglas

La natación para personas con discapacidad se practica en muchos países y en no pocos ha experimentado un gran desarrollo. Muchos son los países que han fichado entrenadores e instructores de clubes y de federaciones de natación. Así los nadadores se ven sometidos a exigencias técnicas y entrenamientos más intensivos, lo que ha sido positivo y de gran ventaja para el desarrollo de este deporte.

El gran problema es que los diferentes grupos de personas con discapacidad tienen sus propias reglas. Sin embargo, son cada día más los países que reconocen que se tiene un denominador común, la natación, y que las normas son las mismas para discapacitados físicos o paralíticos cerebrales. De hecho los Campeonatos de Cataluña y los de España se realizan conjuntamente entre estos dos grupos de discapacidades, a los que llamamos funcionales.

Lo que se debe tener en cuenta

Puede ser fácil o difícil salir de la piscina. Algunas de ellas tiene el agua que llega al nivel del vaso o pileta, con lo que prácticamente se puede salir de la piscina nadando. Otras instalaciones tienen sistemas auxiliares de diferentes clases. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que muchas de estas piscinas tienen los bordes muy altos o que los elevadores frecuentemente no funcionan. Por tanto, es necesario aprender a salir y entrar del agua solo o con la ayuda del instructor.

Existen piscinas climatizadas que mantienen el agua a temperaturas superiores. Estas también cuentan  con elevadores para meterse y salir de la piscina.

La temperatura ideal para el aprendizaje de la natación en todas las categorías (incluso para personas con discapacidad) es de 28 a 30 grados y la mayoría de las piscinas del país mantienen esta temperatura. Si el agua alcanza mayor temperatura (por ejemplo 34 grados) el entrenamiento se hace más difícil ya que la transpiración es mayor.



Natación y discapacidad

La natación es una de las mejores formas para mejorar la movilidad y la capacidad física de las personas con discapacidad. En el agua “perdemos” peso, y esta sensación nos permite mantenernos de pie, aunque las piernas sean débiles, y moverse con una gran sensación de libertad. Esto hace de la natación un deporte muy apropiado para todo tipo de discapacidad. La propiedad del agua de hacer que un cuerpo “pierda” peso y que flote, reduce la discapacidad y da la posibilidad de moverse con más o menos autonomía en el agua.

Las perspmas con parálisis cerebral también pueden beneficiarse con la natación. Se trata de aquellas personas que tienen una alteración en la función motora, debido a un defecto, lesión o enfermedad del tejido nervioso intracraneal. Este problema les causa trastornos de postura y movimiento. La natación pretende ser una alternativa para ayudar a estas personas en el desarrollo de su parte motora, ya que el agua estimula y también relaja.

La práctica de la natación incrementa la capacidad física lo que a su vez da mayor estabilidad psíquica. Con una mejor condición física y psíquica, aumenta la sensación de bienestar y crece nuestra confianza teniendo mayores posibilidades de afrontar el trabajo cotidiano.

Aprendizaje

En principio, el aprendizaje de la natación para personas con discapacidad no se diferencia del aprendizaje normal. El punto de partida, los métodos y las metas son los mismos. Entonces ¿cuál es la diferencia? Lo que es diferente, es la actitud. Muchos creen que es difícil enseñar a personas con discapacidad. ¿Hay que ser especialistas o entendido en medicina? ¿Existen formas de natación especiales para personas con discapacidad? Para la persona no entendida en la materia se acumulan las preguntas. Pero los obstáculos no son insalvables. Sentido común y conocimiento del agua y de la natación lo son todo. En realidad no existe ningún impedimento para que una persona con discapacidad se integre en un grupo. Además, las metas son las mismas para ambos: acostumbrarse a estar en el agua, respeto pero no miedo, y aprender a valerse por sí mismo en este elemento.

Conviene recordar que en natación existen las mismas exigencias para la persona con discapacidad que para el resto de los deportistas. No hay atajos para nadie. Todos tienen que aprender a flotar, a respirar, a abrir los ojos bajo el agua, atreverse a estar bajo el agua, etc. Si un profesor por condescendencia otorga el diploma de natación a un alumno que no se atreve a nadar solo, que no quiere meterse en el agua si le salpican o si hay olas, no le está haciendo ningún favor. Es mejor que practique más tiempo. Los métodos para aprender a nadar son los mismos para las personas con discapacidad que para el resto de personas. Lo que significa ejercicios normales en el agua, para luego pasar a los movimientos de natación, siendo importante aprenderlos de forma correcta desde un principio.

Un viejo refrán dice “intenta alcanzar las estrellas y al menos llegarás a la copa de los árboles”. Lo mismo cabe decir del aprendizaje de la natación. Los alumnos deben esforzarse en aprender correctamente, por lo menos, un estilo de natación (el método, lo decidirán sus aptitudes). Puede ser que no se haga perfectamente, pero ¿podrá darse por satisfecho si el alumno puede flotar y desplazarse? Quizá la copa de los árboles en nuestro caso sea nadar de espalda en vez de hacerlo, de informa incorrecta, boca abajo.

Conseguir seguridad

Con principiantes lo que el monitor debe recordar es que ha de estar en el agua y mantener contacto visual. Este contacto es importante para adquirir confianza. Esto no significa que todos los alumnos necesiten del instructor. También se puede aprender a nadar solo. No conviene obligar a nadie a aprender a nadar hasta que él mismo lo quiera hacer.

No hay que precipitarse en el aprendizaje, sino que cada movimiento hay que practicarlo a fondo. Los ejercicios en el agua son muy importantes y no se deben olvidar, como “hacer café”, “buscar cangrejos”, “contar con los dedos bajo el agua”, “cantar buceando”, etc.

Al que no le importe estar bajo el agua y llega a nadar 25 metros lo hace mejor que uno que pueda nadar 200 metros pero que tiene miedo a que le salpiquen o estar bajo el agua. Cuando el alumno está a gusto en el agua y sepa desplazarse, es el momento de aprender los cuatro estilos.

Los cuatro estilos

“Espalda” es considerado por la mayoría de la gente como la forma mejor y más sencilla de nadar. La ventaja es que el aparato respiratorio no tiene ningún obstáculo.
La desventaja puede ser la sensación de caerse. Muchos también se desorientan cuando nadan a espaldas. Ciertos tipos de discapacidad hacen imposible otras formas de natación y por ello es conveniente comenzar con la natación de espaldas.

Cuando se sepa nadar de espalda es conveniente continuar con el estilo “libre”, que es un estilo que también se adapta muy bien para muchos personas con discapacidad. Practicando la natación de espalda, también se puede incluir algunos movimientos libres, incluso para variar más los ejercicios.

“Braza y mariposa”, son estilos muy difíciles de enseñar, por lo que el instructor debe contar con experiencia en esta especialidad deportiva.

Es posible que a personas con grandes discapacidades funcionales no les sea posible aprender ninguna de estas especialidades. Para estos grupos, es ya un buen resultado realizar ejercicios en el agua.

Al principio puede ser conveniente marcar metas parciales y definitivas. Estas metas no deben ser demasiado fáciles, pero tampoco inalcanzables.

La natación como ejercicio

A mucha gente, tanto con discapacidad física como sin ella, les gusta practicar la natación frecuentemente para mejorar su condición física. Un deporte muy completo que obliga a la utilización de varios grupos musculares. Para estimular estos ejercicios, se pueden incluir pruebas de competición. Es importante medir el entrenamiento en tiempo y no en metros. No importa si se nada 1000 metros o 25 metros en veinte minutos. Lo importante es haber trabajado activamente durante esos veinte minutos.



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